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lunes, 19 de agosto de 2013

Y quizás me haya perdido hace tiempo ya entre los sinuosos caminos de tus sentimientos.

Porque nunca me diste mapa ni brújula, ni me tendiste una mano o me indicaste el camino. Ahora solo tengo dos opciones: seguir a la deriva por este laberinto, como un astronauta perdido en el espacio sin nave ni tripulación, o deshacer el camino, recogiendo las migas de pan, como un cuento de Hánsel y Gretel con final feliz.
Pero soy humana, y acabaré decantándome por el camino difícil y doloroso. Porque, como el universo, mi estupidez no conoce límites.
Y me pregunto si ya es demasiado tarde, o si nunca ha habido una oportunidad o un te quiero verdadero. Ven, siéntate, y háblame de esa tenia que te sale por la arteria aorta. O por qué debo morder mis labios cuando te quiero besar o la lengua cuando te quiero hablar.
Quizás simplemente no sea el momento o el lugar, o la gente o el azar, o el gato en el altar o el verte pasar, quizás los pitillos en el cenicero o los cigarrillos en el tendedero, quizás tu sonrisa que se marchita o el silencio de la mezquita que me perturba y me oprime mientras oigo al bebé llorar en mis brazos. El bebé que llegó junto a su hermano en una cesta descendiendo por el río hasta mis pies. Y yo, obedeciendo a la naturaleza o a los dioses que me los conceden, cojo a los gemelos y los amamanto y los veo crecer, como si fueran mis hijos, como si fueran de mi especie, como si algún día fueran a aullar, como si Rómulo no lo fuera a matar.
Y tú eres ese bebé, tú eres ese Remo que agoniza, esa tenia en la arteria, esos labios contra los míos, eres el azar, el karma, el Alá de la mezquita, mi cigarrillo de la mañana, mis pitillos arrugados, mi querido gato de ojos marrones esperándome en el altar, soy tu sonrisa y tú eres la mía. Eres la lluvia, eres el sol, eres mi cielo y mi vida. Eres Edith Piaf, eres Ringo Starr. Y yo te quiero y te adoro, y te vuelvo a dejar escapar. Eres un taxi en la medianoche, eres la cara oculta de la luna, una ola perdida, un paseo al amanecer, eres las montañas y los ríos, eres la nieve y la lava, eres la India y eres Amsterdam, las guerras, los pactos, los llantos, las bombas, los besos, los azahares. Eres toda mi realidad, todo mi mundo, todo mi ser.