Es tu sombra lo que (me) ata, lo que (me) tortura. No siento amor, ni siquiera ilusión. No hablemos de ganas porque me faltan. No quiero volver a enamorarme, o eso digo, mientras por dentro me muero de ganas por hacerlo. Has pasado de ser mi sonrisa a ser mi cara larga. Dueles. No veas cuánto. Sigues presente en cada detalle y a la vez estás totalmente ausente. Me sentí culpable mil veces por ello aunque, por fin, he caído en la cuenta de que si la situación está así es porque tú lo has querido.
Es pronto, pero a la vez tarde. Pronto para sentir tanto por alguien. Siempre ha sido pronto. Tengo la sensación de quererte desde siempre y a la vez de no haberte conocido nunca. Realmente si alguien me ha arañado el corazón dejándose las garras dentro, ese has sido tú. Hace mucho que empezó a ser tarde para esas explicaciones que nunca recibí. Es tarde para recuperar todos aquellos sentimientos que juraban que nos unían. Siento que solo eran palabras.
Me he cansado de buscar tus sílabas entre las sombras. Echo de menos el Sol y es que me he cansado del frío de Finlandia. Me he cansado de las noches eternas. Me he cansado de ser Wendy. Lo siento, Peter, pero hoy te estoy fallando. Te dije que nunca crecería y hace tiempo que he dejado de creer en nuestro cuento de hadas. Serán las hostias que me he dado contra la pared, las desilusiones o simplemente que he crecido, madurado y, en cierto modo, cambiado.
Realmente creo que todo esto causa más daño que alegría. Y sé que no es la primera vez que te digo adiós pero tampoco te lo estoy diciendo, porque quieras o no el amarillo que has dejado siempre estará presente en mi vida.
Lo siento si suena duro. Nunca quise hacerte daño. Aunque el daño sea inevitable. Y también es inevitable que no me odie por todas estas palabras.
Frase del día: En lo mas profundo de la noche, empieza la madrugada