Fue una noche en aquel remoto lugar, que se parecía tanto al fin del mundo que
tal vez lo era y nadie lo sabia, aquella noche
tan surrealista como todo aquel verano. Se sentó en el suelo y
observó su alrededor como si de una película se tratara. . Observaba y no
entendía porqué capricho del destino estaba toda esa gente en ese lugar, esa
gente tan distinta, todos sus amigos, bajo esa enorme noche plagada de
estrellas. Y mientras miraba las estrellas recordó algo que alguien le contó
una vez, una paranoia sobre que todo y todos estamos formados por polvo
de estrellas. Entonces, bajo aquel cielo, mientras sonaba esa música, y
quizá con demasiado alcohol y humo, pensó que quizá y solo quizá todos ellos e incluso aquel mágico lugar
estaban impregnados del polvo de la misma estrella.
Mariona*
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