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sábado, 5 de enero de 2013

Comienza por hacerle caso a tu sonrisa

Ella no es delgada, no es alta, no sonríe, no habla, es timida, callada, a veces creo que al verla sola quiero abrazarla, no es lástima, solo es repugno al ver tantos cuerpos escuálidos siendo usados y tantos corazones capaces de amar siendo desechados ignorados y menospreciados. Ella se siente sola, siente no gustarle a nadie, ella cree que jamás atraerá los ojos de alguien, que jamás van a quererla como se ve, pero lo que no sabe, es que no está sola,  que no se trata de gustarle a los demás, sino de gustarse y estar conforme consigo misma, no sabe que los abrazos falsos a un cuerpo vacío no llenan lo que un abrazo cálido a un corazón amable, ella no sabe que a las personas se las quiere por como son, no por como se ven. Quizás nunca hubo quien le demuestre que un lindo cuerpo no dura lo que una gran mente, ella no sabe que a la hora del amor, la altura, el peso, la edad y la distancia, son sólo números. 





Mariona*

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