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miércoles, 12 de diciembre de 2012

Algo nuevo entre los dos, escondido tras el telón


Él de pie, ella sentada. Ella sonríe, lleva mucho tiempo esperando esta obra de teatro; él se esconde tras una capucha negra y mira al público con la cabeza gacha y una sonrisa llena de picardía en la cara. También lleva esperando este momento mucho tiempo, pero no saldrá de sus labios.
Ella lo mira, realmente no sabe lo que esta pasando en su corazón ¿Por qué salta en todas direcciones con tanta violencia? Le ha visto muchas otras veces actuar. Bueno, no, nunca como hoy. (o nunca con los mismos ojos) El sudor cae por su pelo, sus mechones rubios se le pegan a la frente y deja que gotee hasta el borde de la mandíbula, pasando desde allí por un camino derecho hacia la perdición. Esa pequeña gota baja por su cuello, despacio, con suavidad, como si quisiera dejar su rastro efímero en él y se detiene por un instante en el borde de su sudadera negra. Vaya, esa pequeñaja no sabe que va directa hacia terreno minado.
Él la mira, se ha dado cuenta de que lleva un buen rato mirándola. Nunca antes había pasado ¿o si? tal vez era él el que nunca se había fijado en ella. Allí sentada con las piernas cruzadas esta más tierna que nunca. Observa que su labio inferior queda un poco presionado por sus dientes y su pecho sube y baja con dificultad. Siente unas ganas tremendas de dejar el escenario y besarla allí mismo, de dejar ir su lado rebelde que tanto tiempo a intentado callar.
Sus miradas se cruzan una vez acabada la obra, los ojos de él tan azules como siempre, los de ella más brillantes de lo normal. Alza su delicada mano y le extiende una botella de agua fría, debe estar cansado y sabe que se lo agradecerá (un pequeño detalle a tener en cuenta por su parte). Él coge la botella y bebe, le sonríe y se quita la camiseta: es normal, tiene calor después de tanto tiempo en movimiento (otro pequeño detalle a tener en cuenta)  y quedan ambos complacidos pero ninguno satisfecho 




Mariona*

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